El Centro Multimedia del Centro Nacional de las Artes (CENART) en la Ciudad de México, es un espacio dedicado a la experimentación, formación e investigación de las prácticas artístico-culturales que involucran tecnologías. El Centro está integrado por siete laboratorios en los que se genera conocimiento especializado; uno de ellos es el Laboratorio de Investigación en Arte y Tecnología, que tiene como objetivo generar proyectos de reflexión, formación y divulgación sobre enfoques de corte teórico, filosófico e histórico documental acerca de la relación entre el arte y la tecnología.

En su experiencia a cargo del Laboratorio, Nadia Cortés, en colaboración con Jordi Valleverdú, puso a prueba la imposibilidad de fijar los límites del concepto de cuerpo, y comprendió que ello suponía una barrera metodológica para la investigación sobre el tema entre distintas disciplinas. Tales reflexiones son compiladas en el libro Corporeidades, cuya metodología aborda el debate en cuestión desde distintas aristas.

Pensar un concepto implica reflexionar los diferentes usos que tiene como idea en las distintas áreas de conocimiento en que es empleado. No parece haber conceptos universales que trasciendan las exigencias de los distintos campos en los que operan, sino que más bien parecen ser el resultado de los espacios comunes que comparte en cada adecuación del concepto empleado. En este entendido, el cuerpo médico será uno distinto al cuerpo de la literatura, la

sociología o la ciencia ficción en la medida en que los usos del término cuerpo en contextos específicos lo requieran. Si se puede hablar del cuerpo político, por ejemplo, es porque Herbert Spencer y Emile Durkheim encontraron una correlación en los discursos de la medicina y la política que les permitió apropiarse de la figura del cuerpo, y aunque se use el mismo vocablo, los referentes en ambas disciplinas son considerablemente distintos.

De ahí que en ciertos debates contemporáneos se opte por hablar de la corporeidad, entendida como el conjunto de cualidades de lo corpóreo, y no ya de un cuerpo dado. La figura del cuerpo parecería estar desbordada por los usos específicos del término. En Corporeidades, Cortés y Valleverdú abundan en dichas especificidades, desarrolladas conceptualmente a través de seis tomos: Cuerpo biológico, Cuerpo y mente, Corporeidad, Cuerpo social, Cuerpo pensado y Cuerpo artificial.

Cada tomo recupera distintos conceptos que se desprenden del estudio del cuerpo y los posiciona en relación con otros conceptos con los que resuena. Esto permite dimensionar la imbricación tan estrecha que hay entre las ramas de las ciencias sociales y exactas que estudian el cuerpo como un fenómeno transdisciplinario.

Resulta lógico, por tanto, que Cortés y Vallverdú hayan trabajado un compendio de términos científicos que se aproximan de forma periférica a las cualidades del cuerpo, en un lenguaje que permite sostener un debate en distintos niveles de análisis. Corporeidades es pues, una herramienta para futuras investigaciones, pero también el resultado del trabajo práctico en el Laboratorio, y un espacio de diálogo en potencia.

A lo largo de su carrera, Nadia Cortés ha trabajado problemáticas propias del cuerpo, la técnica y la escritura en el pensamiento de Jacques Derrida, Jean-Luc Nancy y Bernard Stiegler. Jordi Vallverdú, por su parte, desarrolla sus investigaciones en torno a múltiples aspectos de la filosofía de la ciencia y la computación.