Ofrecieron niños y jóvenes de México emotivos conciertos en el Cenart

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  • Participaron 174 niños en el concierto Voces en movimiento. Canciones de los pueblos originarios del mundo
  • La Orquesta Sinfónica y Coro Esperanza Azteca interpretaron piezas clásicas bajo la batuta del director ruso Valery Gergiev

En un día soleado, iluminado por el canto y la música de niños y jóvenes llenó de alegres y las más diversas notas el Centro Nacional de las Artes en dos magnos conciertos: Voces en movimiento, en el Teatro de las Artes, con la Orquesta Escuela Carlos Chávez, el Ensamble Escénico Vocal y coros de varias regiones del país, dirigidos por Eduardo García Barrios; y en las Áreas Verdes, Valery Gergiev estuvo al frente de la Orquesta Sinfónica y Coro Esperanza Azteca.

Expresiones de bravos, hurras, ovación de pie, algarabía, emoción y júbilo generaron en el público 174 niños y niñas de todo México, – el Ensamble Escénico Vocal y procedentes de 49 coros del Sistema Nacional de Fomento Musical-, quienes interpretaron obras en las lenguas náhuatl, wirrárika (huicola), andino, rarámuri, cherokee, maya-chuj, escocés y japonés en el concierto Voces en movimiento, Canciones de los pueblos originarios del mundo.

La Secretaria de Cultura, María Cristina García Cepeda, les expresó a los 174 niños y jóvenes al concluir el concierto: “les agradecemos que nos permitan creer de nuevo en el ser humano y en la música ustedes nos permiten ver que el acercamiento a las expresiones del arte y la cultura nos hacen ser mejores personas”.

Los infantes de entre siete y 17 años cautivaron a los asistentes con sus melodiosas voces y coreografías en las que representaban animales, y portaban elementos ornamentales de las culturas weirrarika (huichola), náhuatl, rarámuri, entre otras.

Con acompañamiento de la Orquesta Escuela Carlos Chávez, dirigida por Eduardo García Barrios los cantantes interpretaron canciones de dominio público: Xochipitzáhuatl, Tríptico, Vasija de barro, Anayawari, La tierra es nuestra madre, Sal negra, Auld lang syne, Somawasa, y Sohran bushiv.

Igualmente interpretaron con alegría y elocuentes expresiones corporales, de   Francisco Gabilondo Soler Cri-CriLa marcha de lcanicas Lunada: El concierto cerró con la interpretación de Alas (a Malala) composición de Arturo Márquez, inspirada en la niña paquistaní Malala, Premio Nobel de la Paz, la cual habla sobre el derecho de los niños y niñas a la educación, que despertó una larga ovación hacia los cantantes y la orquesta.

Por su parte, Eduardo Gracia Barrios agradeció el apoyo brindado por María Cristina García Cepeda al proyecto Voces en Movimiento, iniciativa impulsada por la Secretaría de Cultura del Gobierno de la República, a través del Sistema Nacional de Fomento Musical.

Orquesta Sinfónica y Coro Esperanza Azteca

En las Áreas Verdes del Cenart, pasado el mediodía y bajo un Sol radiante, 223 niños y jóvenes integrantes de la Orquesta Sinfónica y Coro Esperanza Aztecafueron dirigidos por el titular de la Orquesta del Teatro Mariinsky, Valery Gergiev.

Los integrantes de la Orquesta Sinfónica y Coro Esperanza Azteca interpretaron ante 2,500 espectadores un programa que incluyó obras de Mijail Glinka, P. Illich Tchaikovsky, Alexander Borodin y Carl Orff.

En su segunda visita a México, Valeri Gergiev dirigió con fuerza, destreza, energía y determinación a las agrupaciones que funcionan gracias a las alianzas entre instancias como la Secretaría de Cultura, Fundación Azteca y la sociedad civil local, y quedó de manifiesto porqué es considerado uno de los más destacados directores de orquesta en el mundo.

El concierto, al que asistieron la titular de la Secretaría de Cultura, María Cristina García Cepeda; Ricardo Calderón Figueroa, director del Cenart, y el chelista Carlos Prieto, contó con la participación de Lorenz Nasturica-Herschcowici, concertino de la Orquesta Filarmónica de Munich, y los cantantes Dmitry Grigoriev y Alexander Mikhailov, quienes cautivaron al público con sus potentes voces.

La presentación inició con la Obertura de Rusian y Ludmilla de Glinka, a la que le siguió la Aria Gremin de la ópera Evgeny Onegin de Tchaikovsky, lo que arrancó fuertes aplausos de los presentes que con lentes oscuros y sombrillas disfrutaron del magno concierto con el que Fundación Azteca celebra su 20 aniversario.

En éstas y posteriores interpretaciones: cinco movimientos de las Danzas Polovtsianas de Borodin y fragmentos de Carmina Burana; el director galardonado con la Orden de la Amistad y la Orden de San Mesrob Mashtots, los premios más altos en Rusia y la República de Armenia, parecía dirigir más que con la batuta, con la mirada al no perder detalle de la ejecución de los instrumentistas.

Previo al concierto, en conferencia, Valery Gergiev se dijo emocionado de estar en el país y de apoyar proyectos que estimulen a los niños y jóvenes. Compartió que, en Rusia, desde hace tres años, empezó a impulsar una cultura de educación artística, cultural y musical.

“Todos los países tienen niños y jóvenes, pero aquellos países que se fijan en ellos y les dan oportunidades de desarrollo, son los que realmente van a ser los líderes en un futuro, en el desarrollo del mundo”.

“Yo tuve maestros que me enseñaron a los ocho y nueve años, creo que mi generación de músicos tiene el deber ético y moral de transmitir sus conocimientos hacia los jóvenes y los niños, pero también enseño porque es placentero. Me gusta el hecho de dar el valor agregado a cada niño que ensaya, creo es algo que vale mucho la pena”, puntualizó el creativo considerado el hombre más poderoso de la música de concierto.

DAF