La obra de Eduardo Mata forma parte del acervo de la Biblioteca de las Artes

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Eduardo Mata nació en la ciudad de México el 5 de septiembre de 1942, hijo de Federico Mata y Ana María Asiaín. Estudió composición en el Conservatorio Nacional de Música, en donde conoció al maestro Carlos Chávez, cuya obra y personalidad fueron decisivas en su formación musical.

Desde muy joven fue director de orquesta: residente en la Festival del Berkshire Music Center (1964); permanente de la Sinfónica de Guadalajara, y artístico de la Sinfónica de la Universidad, cuyo nombre cambió por Filarmónica de la Universidad Nacional Autónoma de México (OFUNAM) en 1972 (ocupó el puesto de 1966 a 1975).

Fue director residente de la Sinfónica de Phoenix (1974-1978), y director temporal de la Sinfónica de Londres (desde 1974), en gira de conciertos por Austria, Bulgaria y México. En este mismo año dirigió la Filarmónica de Berlín y, a la muerte del director Paul Klepsky, también lo hizo en la Orquesta de Estocolmo (1976). Posteriormente fue designado director titular de la Orquesta Filarmónica de Dallas (1977-1993), ciudad que lo nombró Ciudadano Distinguido.

La incursión del Maestro Mata en Venezuela como director huésped principal al frente de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar a mediados de los años ochenta le permite conocer el programa conocido como “El sistema” cuya sistematización y masificación de la enseñanza musical funcionaba como una herramienta de transformación social, Mata quiere replicar ese mismo sistema en México y gracias a su gestión surge la fundación del programa de Orquestas y Coros Juveniles de la Ciudad de México, proyecto que creo una docena de “orquestas-escuelas” delegacionales y comunitarias.

Fue jefe del Departamento de Música de la UNAM (1965 a 1972) y asesor artístico y director de la Ópera del Instituto Nacional de Bellas Artes. Recibió numerosos premios y distinciones, como la Lira de Oro (1973) y el Premio Elías Sourasky (1975).

Dentro de sus composiciones se encuentran: Trío para Vaughan Williams, para clarinete, chelo y percusión (1957); Sonata para piano (1960); Improvisaciones, para clarinete y piano (1961); Sinfonía núm. 1 clásica (1962); Débora, suite de ballet (1963); Sinfonía núm. 2 romántica (1963); Los huesos secos, ballet con cinta (1963); Aires (1964); Sonata para chelo (1966); y Sinfonía núm. 3, para alientos y corno obligado (1966).

Eduardo Mata fue, en sus conciertos y grabaciones, un adalid de la música de México y de América Latina, programándola donde quiera que fuera, de Londres a Frankfurt o Australia, realizó las grabaciones definitivas de Chávez y Revueltas (especialmente en Londres) y antes de morir se encontraba en una serie de grabaciones de música latinoamericana.

A su muerte, su colección personal de partituras, que consta de más de 2000 ejemplares, pasó a formar parte del acervo documental de la Biblioteca de las Artes. La excepcionalidad de una colección como esta radica definitivamente en las anotaciones que realizó de su puño y letra, y que se encuentran a disposición del usuario especializado y del público en general.